Hay personas que cuando padecen una
enfermedad oran, tratan de entrar en contacto con la divinidad, para sentirse
más aliviados de los problemas que los aquejan y pedir ayuda. Algunas veces
estas situaciones ayudan mucho, sobre todo frente a patologías que son muy
serias, pero también debemos entender que la voluntad de Dios no es la nuestra
y que muchas veces pedimos cosas que no existen en su voluntad.
A pesar de ello, la FÉ -así, con mayúscula- es una
herramienta fundamental, en primer lugar, para ayudarnos a sentirnos mejor
cuando atravesamos situaciones difíciles.
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